Fotografía de Caleb Huffman
Fotografía de Caleb Huffman
Fotografía de Caleb Huffman

Caleb Huffman (18) admite que fue abrumadora su transición a la University of Washington. El mero número de estudiantes es 30 veces mayor que la población de su ciudad natal de Onalaska, en una región rural de Washington.

Sin embargo, cuatro años después y en el último de la UW, el joven se encuentra en la antesala de volver a desarraigarse rumbo a una ciudad mucho más grande. En esta temporada de otoño, se mudará a Pekín para dedicar dos años a estudiar el derecho y la sociedad china en la Peking University.

¿Por qué se entusiasma Huffman con cambios tan drásticos de escena? Es parte de su búsqueda para conectarse con otros a pesar —y en razón— de sus muchas diferencias.

Raíces urbanas-rurales

Cuando cursaba el tercer grado, Huffman se mudó a Onalaska desde Renton, una ciudad de diversas características económicas y raciales al sur de Seattle. “Fue como ir a lo totalmente opuesto”, explica. “Sin embargo, me considero como alguien que ha podido tender un puente sobre la diferencia entre lo urbano y lo rural, y la experiencia me ha mantenido interesado”.

Cuando lo admitieron en la UW, Huffman supo que quería obtener dos especialidades: ciencias políticas y comunicaciones. Pero primero tenía que encontrar la manera de pagarlo.

Los préstamos federales, la ayuda financiera y el programa de asistencia “State Need Grant” eran de gran ayuda, pero dejaban una considerable brecha al descubierto. Luego, el programa con fondos filantrópicos Husky Promise, que cubre matrícula y gastos para estudiantes provenientes de familias de ingresos bajos del estado de Washington, lo ayudó a alcanzar la meta final. “El apoyo que recibí marcó toda la diferencia” afirma.

Lo que motiva a Caleb

Cuando no está planeando su próximo viaje a la China, Caleb Huffman se mantiene sumamente activo en el campus de la UW. ¿En qué otras cosas participa?

Vive en la residencia International Friendship House (IFH), que pertenece a la Iglesia University Presbyterian. “La IFH aloja a estudiantes de todo el mundo. Cada martes tenemos una cena para los estudiantes internacionales y hacemos viajes de aprendizaje mediante el servicio juntos”.

Tocó el trombón en la Orquesta Filarmónica de la UW por tres años. “En la secundaria, tocaba en una banda musical de marcha y una de concierto, de modo que quise hacer algo diferente cuando llegué a la UW: una orquesta con todas las cuerdas. ¡Fue divertido!”

Participa en cursos avanzados para sus dos especialidades y en otro curso avanzado interdisciplinario, y terminó tres tesis en un año. “Fue una locura”, aclara. “Pero me esforcé mucho y me fue bien”.

Participa en el Comité Asesor para Estudiantes de la Facultad de Letras y Ciencias de la UW. “El Decano [Robert] Stacey nos dice lo que sucede en la universidad y pide nuestra opinión. Le hacemos sugerencias que tienen un efecto real en quienes pertenecen a la Facultad”.

Explorar las diferencias

Sin una carga financiera por la cual preocuparse, Huffman comenzó y prosiguió con sumo entusiasmo su paso por la UW, participó en varios grupos del campus y exploró su interés en construir puentes entre comunidades.

El capítulo del Veritas Forum en la UW, donde Huffman, con el tiempo, se desempeñaría como estudiante director, influyó enormemente en él. El lema de la organización confesional es “Juntos, en busca de la verdad” y, como cristiano, Huffman disfrutó de interactuar con personas pertenecientes a diferentes sistemas de creencias para conversar sobre los interrogantes más difíciles de la vida.

“Como humanos no somos omniscientes”, declara. “La información que hemos procesado solo nos brinda una cierta porción del mundo, que va a ser —naturalmente— limitada”.

Después de su primer año en la UW, Huffman incrementó su propia autoexigencia al viajar por primera vez fuera de los Estados Unidos. Viajó a Roma con el apoyo de un subsidio del Departamento de Estado de los EE. UU., del que tomó conocimiento a través de la Oficina de Becas de Mérito, Subvenciones y Premios (OMSFA) de la UW. Además de estudiar ciudades de impacto mundial y migraciones humanas, colaboró como voluntario en un centro de refugiados.

“Conocí a muchos refugiados políticos y sus testimonios eran realmente conmovedores”, afirma. “Después de eso, me interesé mucho en relaciones internacionales”.

Fotografía de Caleb afuera durante un día soleado en Mutianyu, una parte de la Gran Muralla al noreste de Beijing

Una comunidad global

Durante su segundo año universitario, Huffman fue admitido en el Husky Presidential Ambassadors Leadership Institute, que asocia a estudiantes actuales de la UW con estudiantes de primer año procedentes desde la China para desarrollar las aptitudes de comunicación y liderazgo multicultural. Después de una semana de preparación para el liderazgo en el campus, Huffman pasó dos semanas con su unidad en la Tsinghua University de Pekín, donde estudiaron junto a estudiantes internacionales recién admitidos en la UW, quienes se mudarían a Seattle en el otoño.

“Para los estudiantes internacionales es realmente fácil permanecer en sus comunidades en la UW”, dice Huffman. “Algunos vienen a estudiar a los Estados Unidos, pero realmente nunca ‘se van’ de su país. Este programa procura construir un puente sobre esa separación”.

El creciente interés de Huffman en las relaciones entre los EE. UU. y China lo incentivaron para querer regresar y seguir aprendiendo. Con asistencia adicional de la OMSFA, fue seleccionado para participar en dos programas de conexión internacional que celebran conferencias en la China y los Estados Unidos. Pasó parte del último verano en Chengdu, para mejorar su mandarín y aprender más sobre la cultura china. Además, participa en el Programa de Liderazgo Mundial del Gorton Center a través de la Oficina Nacional para la Investigación de Asuntos Asiáticos, con enfoque en la formulación de políticas y el liderazgo comercial.

“Los humanos somos muy similares de muchas maneras, pero nuestras diferencias son innegables y a veces no las vemos”, explica Huffman. “Eso tiene importancia porque, cuando uno formula políticas, si no conoce esas diferencias, podría perjudicar a alguien”.

La próxima etapa de la travesía

En definitiva, Huffman espera llegar a ser abogado, colaborar con el sistema jurídico estadounidense para fortalecer la relación de nuestro país con la China y contribuir a un mundo más pacífico. No obstante, primero regresará a la China para ingresar a la escuela de posgrado y profundizar su comprensión del sistema jurídico chino.

“La relación entre la China y los EE. UU. será el vínculo bilateral más crítico de mi generación. La manera en que forjamos mutuamente las normas de cada uno —y las normas internacionales del mundo— es un interrogante de crucial importancia”, agrega Huffman.

Mientras se prepara para mudarse a un lugar que se diferencia dramáticamente de Seattle, tanto en tamaño como en cultura, Huffman evoca el tiempo en que la idea de llegar a la UW lo ponía nervioso. “Ahora eso me parece un poco tonto, porque uno puede encontrar su propia comunidad en cualquier lugar. Hay siete mil millones de personas en el mundo. ¿Qué comunidad vas a encontrar? ¿Adónde vas a ir?